Las imágenes no mienten, son terribles ante ese panorama desolador que hoy muestra el viejo edificio del Colegio de Barranquilla para varones CODEBA de la calle Bolivia con el callejón de Progreso.

Le han matado su belleza arquitectónica porque quieren borrar su historia. De verdad se requiere de tanta maldad para permitir y tolerar lo que le hicieron a ese otrora bello edificio, que apenas hace unos meses, a pesar del abandono y desidia de las autoridades distritales, se levantaba imponente y orgulloso de su presencia e historia.

Pero a fines del año pasado llegó la maldad, como una especie de venganza por su resistencia a no desaparecer, y esa maldad tuvo causantes y cómplices.

Porque se necesita tener un espíritu malévolo para hacer del viejo edificio del Codeba lo que es hoy y que llora su suerte porque quienes están en la obligación de salvarlo lo han despreciado con su indiferencia, negligencia, cinismo e hipocresía.

No lo quieren. Y en esto hay que ser sinceros. Para quienes manejan la ciudad la recuperación del viejo edificio no está entre sus prioridades porque no se consideran dolientes del mismo y están más interesados en el lote para construir otras propuestas diferentes al servicio educativo.

La posición de indiferencia ante lo que vive el viejo inmueble del Codeba es tan descarada, hasta el punto que el saqueo que sufrió su infraestructura no les ha merecido ningún pronunciamiento en los medios, y por otra parte no han asumido ningún tipo de responsabilidad, ya sea por negligencia y omision, en estos graves hechos que conllevaron a la destrucción de un bien público.

Mejor dicho, lo que le está ocurriendo a ese viejo monumento arquitectónico, histórico y pedagógico, parece que les importara un comino , el cual está esperando, como el coronel macondiano, el momento de su redención.

Por Aníbal Cotes Ojeda