La excongresista Aída Merlano fue condenada este viernes a 42 meses de prisión —equivalente a tres años y cinco meses— por la espectacular fuga que protagonizó el 1 de octubre de 2019, cuando asistía a una cita odontológica en un consultorio del norte de Bogotá.
La decisión fue adoptada por la Fiscalía General de la Nación (FGN) tras un preacuerdo suscrito con la defensa de Merlano, y avalado por la Juez 18 Penal del Circuito de Bogotá.
Según la reconstrucción judicial, Merlano aprovechó una cita médica para evadir la custodia. Salió del consultorio mediante una soga improvisada, descendiendo desde un piso alto hasta la calle, donde fue recogida por un hombre que la esperaba en una motocicleta.
Ese episodio quedó marcado en la memoria colectiva como una “fuga cinematográfica”, por la audacia y los detalles de la evasión, que generaron gran conmoción en 2019.
La defensa solicitó que la condena fuera cumplida bajo prisión domiciliaria —proponiendo como domicilio un inmueble en Barranquilla, Atlántico—, argumentando arraigo y condiciones para cumplir la pena fuera de la cárcel.
Sin embargo, la jueza desestimó esta petición, considerando que Merlano representa un “alto riesgo” de fuga, recordando que ya en 2019 logró escapar del país, lo cual evidencia su facilidad para evadir a las autoridades.
Contexto judicial de un historial complejo
La condena actual se suma a las sentencias que ya enfrenta Merlano por otros delitos. Antes de esta decisión, tenía condenas vigentes por delitos electorales relacionados con compra de votos y violación de topes de campaña.
Además, la fuga generó procesos contra personas cercanas —incluida su hija, Aída Victoria Merlano, quien fue condenada por complicidad en la evasión.