Una creciente ola de violencia mantiene en alerta a los alcaldes de varios municipios del departamento del Atlántico, quienes han manifestado su preocupación ante el aumento de homicidios, casos de tortura y acciones de sicariato que vienen alterando la tranquilidad de estas poblaciones.
En Baranoa, el alcalde confirmó que este año los asesinatos han aumentado cerca de un 85 %, lo que lo llevó a solicitar formalmente la militarización del municipio. De acuerdo con el mandatario local, la Policía no cuenta con el pie de fuerza necesario para enfrentar a los grupos delincuenciales que se disputan las actividades ilegales en la región, especialmente el microtráfico.
Situación similar se registra en el municipio de Palmar de Varela, donde la semana anterior fueron hallados tres cuerpos en zona rural, todos con impactos de arma de fuego y señales de tortura. Las autoridades investigan si estos crímenes estarían relacionados con ajustes de cuentas entre bandas criminales que operan en los corredores que conectan al Atlántico con el Magdalena y Bolívar.
En los municipios vecinos de Santo Tomás y Sabanagrande, ubicados en el corredor oriental del Atlántico, los alcaldes también han reportado un incremento en robos, extorsiones y ataques sicariales. Habitantes de la zona aseguran que comerciantes y transportadores han sido blanco frecuente de intimidaciones y amenazas, lo que ha generado temor y afectación económica.
A este panorama se suma la inseguridad que se vive en los municipios del área metropolitana de Barranquilla, donde los hechos de sicariato han continuado pese a los operativos policiales. En Soledad y Malambo, por ejemplo, se han registrado ataques en vía pública durante horarios de alta afluencia, generando preocupación entre líderes comunitarios.
De acuerdo con fuentes de seguridad regional, la presión de organizaciones dedicadas a la extorsión, el microtráfico y el control territorial estaría detrás del repunte de la violencia. También advierten que la rotación de mandos criminales y la llegada de nuevos grupos estaría reconfigurando las disputas internas.
Los alcaldes del Atlántico solicitaron al Gobierno Nacional reforzar el pie de fuerza, aumentar la presencia de la Fuerza Pública en zonas rurales y poner en marcha un plan integral de seguridad que incluya inteligencia, inversión social y fortalecimiento judicial.
“Los municipios no podemos enfrentar solos esta situación. Necesitamos apoyo inmediato del Estado para evitar que la violencia se siga desbordando”, coincidieron varios mandatarios locales.
Mientras las autoridades coordinan nuevas estrategias, la comunidad exige respuestas rápidas ante un clima de temor que afecta la movilidad, el comercio y la vida cotidiana en la región.