Por Alberto Luna Avila

En unas declaraciones por su plataforma Truth Social, el presidente electo estadounidense Donald Trump, lanzó una amenaza contra la nación panameña de recuperar el Canal de Panamá para Estados Unidos, si el gobierno canalero no le da las prerrogativas especiales a las empresas y a la armada norteamericanas.
«No fue otorgado para beneficios de otros, sino simplemente como forma de cooperación con nosotros y Panamá», anunció Trump. Y como una señal de advertencia, expresó, «Exigiremos que se nos devuelva el Canal de Panamá, en su totalidad y sin cuestionamientos. A los funcionarios de Panamá, ¡les pido que se guíen en consecuencia!».
Con estas intimidaciones, el próximo presidente de Estados Unidos, desconoce la existencia del Tratado Carter – Torrijos de 1977, firmado entre Estados Unidos y Panamá, que le otorgó a la nación itsmeña la plena soberanía sobre el canal a partir del último día de 1999.
Ante estas amenazas de Gran Potencia por parte del presidente electo de Estados Unidos, respondió el presidente Panameño, José Raúl Mulino, con una erguida posición patriótica, «Quiero expresar de manera precisa, cada metro cuadrado del Canal de Panamá y su zona adyacente, es de Panamá y lo seguirá siendo», afirmando que, «La independencia y la soberanía no son negociables».
Las declaraciones amenazantes de Donald Trump contra Panamá, han traído el rechazo unánime de la opinión pública mundial y sobre todo la Latinoamérica, lo mismo que la de presidentes y dirigentes políticos de este continente americano.
Como patriotas, hay que rechazar estas intimidaciones de corte imperialista del presidente de Estados que se posesionará en enero del próximo año e izar la bandera de los sagrados principios de la independencia y soberanía nacional, que deben regir en las relaciones entre las naciones existentes en el mundo.